jueves, 2 de marzo de 2017

Valle de bravo (2° parte)

En cualquier lugar me gusta tomarme uno de esos bus turísticos como para tener un primer vistazo de lo que se considera "imperdible" y después hacer mis propias elecciones.


En Valle lo hicimos en este tranvía que sale frente al embarcadero principal y aunque incompleto, no nos defraudó en absoluto. 

Mientras esperábamos la hora de salida, dimos unas vueltas por el lugar.
Solo una vuelta, un giro de 180 grados, y nos encontramos con esta hermosa fuente.

Y caminando unos metros como quien va hacia Avándaro, una antigua casona convertida en centro cultural desde la cual sacamos esta foto...






 No pude evitar encantarme con el taller de artes plásticas pero en la casa se hacen otras muchas actividades culturales.

 Y dirán que con todo me encanto, pero ... bueno, pues si.







Y al fin nos subimos al poderoso tranvía que nos llevó a...







 A un hermoso parque a la orilla del camino, donde pudimos caminar apenas unos 15 minutos...suficientes para saber que debíamos volver!!

De allí nos dirigimos a las cascadas "Velo de Novia" como se llaman un millón de cascadas en el mundo. Pero cada una, vale su nombre, y estas también!!









 Un parque, bosque, las cascadas, puro contacto con espacios naturales, limpios de esos que te limpian hasta el alma...
Y a la mañana siguiente, luego de cargar energías con un hermoso desayuno, en un acogedor patio...
Partimos en busca del Peñón de Valle... Para ver el pueblo y el lago desde las alturas antiguas de una mole de piedra...

El lago comienza a empequeñecer a medida que subimos, y las piedras dominan el paisaje...




 Parece la mano artística del agua y el tiempo, unidas para formar esta cascada de pura piedra.



 La vida, vencedora, parece brotar del centro mismo de la roca.




Un escarabajo brillante, al que no le gustan las fotos!

Una vista de Valle de Bravo desde casi las alturas del Peñón.

 Caminos entre las rocas.


 Es apasionante descubrir las formas que el tiempo ha dibujado en la piedra.

Formas que harían las delicias del dr. Freud...

El peñón es antiguo y vital.


Y al fin vislumbramos el final del camino.











 El camino hacia la cima y...
Una amiga entre las rocas...



Y por fin, antes de comenzar el retorno, encuentro con humanos.

 Los que llegan hasta lo más alto

 Y yo que aún convaleciente, disfruté de esa aventura que al fin fue curativa, como es curativa la alegría, más en un lugar tan hermoso.

 Al bajar, chubasco, que no fue suficiente para asustar a algunos navegantes



 Nos dijeron que no podíamos irnos sin ver "los tres árboles" así que atentos a cumplir con todas las "exigencias" del viaje, caminamos y a unas calles del centro dimos con ellos.
Antiguos, hermosos, cuidados y respetados, nos estaban despidiendo...
Pero resulta que NO son los famosos tres árboles.  
Este es un antiguo ahuehuete, que data de la época de la fundación de Valle de Bravo.
Los tres árboles es un lugar, con una placa, que recuerda tres arboles que ya no están. 
Feliz, entonces, de haber conocido al hermoso y persistente ahuehuete. 









 A la mañana siguiente le dijimos adiós a Valle de Bravo. Nos tomamos un ómnibus hasta las Central del Norte, el mismo lugar de donde salimos tres días antes.  Pero yo al menos, sabía que tendría que volver porque me faltó algo de todo lo que Valle ofrece ...
 me faltó volar.





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